Te moldeé como al barro,
te escribí como la poesía de un beso,
te idolatré como a los dioses,
te capturé como al destello de la luz en mi caja mágica.
Te inventé a través de fórmulas y ecuaciones,
te abracé como al deseo de las espaldas que se aman,
te invoqué a los cuatro vientos,
navegué tu lengua como a los 7 mares.
Te robé un par de instantes que nunca fueron momentos,
te convertiste en el color y la forma de una instantánea,
más tarde fuiste recuerdo y un par de suspiros al viento,
y hoy me quedé sin palabras...
sin tiempo y sin remedios para curarme esta soledad de la chingada...
Dánae Kotsiras Ralis Hernández
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